No es que sea una novedad muy grande, la mayoría de las ciudades latinoamericanas que conozco se caracterizan por estas dos cualidades. Pero es verdad que en Sucre se nota mucho. La juventud es evidente, a pesar del contraste con aquellas personas, sobre todo mujeres, que por ir ataviadas con las ropas típicas, parecen incluso mayores de lo que son. Me ha llamado mucho la atención la costumbre tan extendida que tienen los jóvenes de demostrar su amor a base de pintadas en las paredes. Yo creo que compiten en cantidad con los restos de los retratos de Evo llamando al Sí´éń´éĺ´úĺtimo reférendum que, a pesar de todo, perdió. La gente es muy suya.