Venezuela (1): «Ruleteando» por Isla Margarita.

Ruletear es una de las actividades diarias de cualquier venezolano en estos momentos. Suele comenzar muy temprano, sobre las seis de la mañana haciendo cola en el Banco para poder conseguir algo de dinero efectivo, el máximo que suelen dar por persona y día son 20.000 bolívares, menos de diez céntimos de euro al cambio «real» que todo el mundo maneja, aunque la mayor parte del tiempo se tienen que conformar con la mitad. Para que os hagáis una idea, un cruasan cuesta 34.000 y un cartón con 18 huevos unos 250.000. Pero todo esto, claro, no son precios establecidos, que los hay, por el Gobierno, mucho más económicos, pero cuyas existencias se acaban apenas aparecen en las estanterías. Por supuesto, la mayor parte de las veces en manos de especuladores. El valor real de la moneda se refleja muy bien en la foto superior, un muchacho fabrica bolsos que vende en una calle de Caracas con billetes reales y de curso legal de veinte bolívares.

El ruleteo continua con la búsqueda de productos básicos, la harinapan, con la que se hacen las arepas, el pan de los venezolanos, caseras, las verduras, la fruta, el azúcar, la leche, el café… No siempre se encuentra de todo, aunque pasaron los momentos duros de la falta interminable de productos básicos. Ahora la tragedia es más bien que se te gasten los cauchos del carro o tengas que cambiar el aceite o una puerta de tu casa, ahí vienen los problemas graves porque nunca sabes que puede pasar ni cuando, cómo o por cuanto vas a poder solucionarlo.

Después vienen las farmacias, a la caza de productos con los que literalmente te puedas encontrar, porque cuando los necesitas con urgencia puedes verte sin existencias, de hecho es lo normal. Y para finalizar, repuestos de todo tipo de cosas porque todo es utilizable o al menos intercambiable. En esto, normalmente, se te puede ir la mañana teniendo en cuenta que os hablo de la isla, donde todo está a mano, en las ciudades, solo el banco te puede llevar esa mañana.

La falta de efectivo hace que uno de los carteles que con más frecuencia te encuentras es » Aquí hay punto», o lo que es lo mismo, se acepta el pago con tarjetas. De hecho, un mismo punto se utiliza para varios puestos pequeños, de modo que compras en uno y pagas en otro a quince o veinte metros de distancia. Pero es más, hay lugares en que te venden aceptando el pago por transferencia, en algunos tienes que hacerla antes de salir de allí, con el celular, pero en otros incluso te fían para hacerla cuando llegues a tu casa o al hotel. También hay quien vende efectivo, pero al 100 o 150% e incluso más, es decir que para darte un millón de bolívares, tienes que transferirles dos millones o dos millones y medio. Todo esto no son leyendas, son cosas que en su mayor parte he vivido personalmente, excepto la compraventa de efectivo, pero le ha pasado recientemente a un amigo que tenía que volver a Surinam y al que solo le aceptaban efectivo para pagar los billetes de bus hasta el puerto.

Y ahora os preguntareis: Cuanto gana un venezolano? Como soluciona la educación, la sanidad, el transporte, una familia media? En la próxima entrada hablaremos de este tema. Solo quiero adelantar que a nuestro «al mal tiempo, buena cara», ellos le aplican lo de que » según vaya viniendo, vamos viendo»…



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SOBRE MI

Nací en 1953 en Carabanchel, recién incorporado al municipio de Madrid como un barrio periférico de obreros e inmigrantes, no muy distinto de lo que es ahora. Siempre me ha gustado la vida de barrio y me he identificado con él, yo que repudio fronteras, banderas e himnos más o menos por igual. Pero en el fondo sigo siendo aquel chaval al que los vecinos y las vecinas conocían como «el chico de la Antonia». Por muchos años…, sin exagerar.

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