Por casualidad, buscando otras cosas, encontré ayer el audio de este debate, realizado en diciembre de 2016, con motivo de la publicación del libro Harina de Otro Costal, de Ana Cepeda Étkina, en el que participamos la autora del libro y yo mismo como editor.
El libro fue un éxito para nosotros, pero no el que en mi opinión merecía. Lo vuelvo a recomendar nuevamente porque es un tema histórico relacionado con un asunto aún pendiente en la Memoria Histórica de nuestro país, el tema de los llamados «niños de la guerra». Si alguien se anima, le puedo asegurar que no quedará defraudado.
Otra desgracia para la cultura española. Nunca olvidaré el impacto de sus Últimas tardes con Teresa cuando lo leí siendo casi adolescente. Después he leído casi todas sus novelas y siempre ha sido un placer. Pero aquella historia que luego se llevó al cine con la bellísima y llorada Maribel Martín y el chulazo Ángel Alcazar (y la no menos bella Patricia Adriani), dirigida por Gonzalo Herralde, tiene una fuerza y un nivel de evocación que me hace volver a ella periódica e irremediablemente. Mi tocayo Sabina dice que él hubiera querido ser pirata, yo siempre he soñado con ser alguna vez ese Pijoaparte, motero, golfo y seductor, de barrio marginal y generoso a su estilo, al que la vida no le permite elegir pero que acepta su papel sin aspavientos y elegancia. Adéu Joan.
Desde luego no está aquí por su valor literario, pero tuve la suerte de leerlo muy joven, en un momento peligroso para mi generación y sigue siendo lo mejor y más válido que he leído sobre ese tema.
Reconozco que los años no le han favorecido, en mi criterio, claro, pero en su momento su lectura tuvo un efecto devastador sobre muchas de las ideas y creencias que mantenía en esos momentos
Un escritor aparte. Cuando lo leí nunca había leído cuentos, solo novelas, y descubrí que era como pretender elegir entre la fotografía y el cine: ¿cómo escoger entre papá y mamá?