Es cierto que mis noches nunca acaban
Aunque es siempre peor el despertar
Mañanas cortas por el sueño aplazado
Tardes vacías que no tienen final
Proyectos incontables que no cumplo
Anhelos de vivencias, de sentido
¿En qué momento me perdí en el camino?
¿Dónde quedó mi sombra, mi reflejo?
El espejo no me devuelve nada
Al menos, que yo pueda descifrar
Sé que tengo pendientes los esfuerzos
Que devuelvan mi vida a algún lugar
Solo siento impotencia, desconcierto,
Inquietud, apatía, soledad.
No soy joven, es cierto, ni soy sabio
¿Qué soy? ¿Qué espero?... ¿Espero ya?
Ni siquiera me valen indulgencias
Que he derrochado a chorros sin cesar
Son ya las escapadas demasiadas
Las metas no me importan, pero están
Me esfuerzo en asumir mi rol supuesto
Ese papel que debo realizar
Pero siempre navego en otras aguas
Que me asustan, oscuras..., no es el mar
No quiero hundirme ya, y me resisto
Intento vislumbrar cómo salvarme
Encontrar un cabo suelto, algún amarre
Que me permita, de nuevo, regresar
Me invento retos que son casi imposibles
Para incumplirlos antes de empezar
Por mantenerme libre en mi cabeza
Pero el valor no acaba de llegar
Sentirme vivo aún, el resto es niebla
Niebla de los sentidos, de los actos
De mis huesos, mi sangre, mis espantos
En busca de mi sombra, ¿dónde está?
Y no hay motivo alguno para ello
Solo mi negación, mi abandono, mis miedos
Que se alimentan de mis obsesiones
Y que no soy capaz de superar
Que me frenan, me amarran y me ciegan
Que me mantienen en la oscuridad
Y cuando al fondo, alguna luz sospecho
Me doy la vuelta, de nuevo, una vez más.
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