Pues eso, una tentación, con ese calor y ese mar no se puede resistir, aunque sepas de sobra que va a ser un poco timo. Al fin y al cabo, para nosotros el precio es muy bajo, aunque el paseo es más divertido para el que maneja la lancha con mucha diferencia, porque le da bastante cañita y se lo pasa estupendamente. Luego un ratito de buceo por unos supuestos arrecifes bastante pobres, un par de horas de playa y a casa. Eso sí, tengo que reconocer que la comida, que estaba incluida, no estaba mal. Y que una vez visto el programa de festejos era perfectamente consciente del asunto, pero…, que queréis, me pierde ese agua, esa transparencia, ese color y esa temperatura. Y además hice amistad con un matrimonio argentino con una preciosa niña, Sofía, otra candidata a novia de mi nieto. Una candidata rubita guapísima y buena gente, tuvimos una buena charla a cuenta de mi viaje el año pasado. Lástima de fotos. No entendáis otra cosa, lo pasé muy bien, pero de algo hay que quejarse cuando estás cerca el paraíso.