Sesenta y cinco «tacos»

  Mi padre

Escribo esto a caballo entre el día veinticinco y el veintiséis de mayo por una razón muy sencilla: mi cumpleaños es, a todos los efectos, y así lo celebramos en mi familia, el día veintiséis, pero en realidad yo nací el día anterior. ¿Por qué? Pues con la idea de que coincidiera con el de mi padre, total por unas horas… Lo más curioso es que cuando fuimos a preparar la documentación para su jubilación, descubrimos que él también había nacido el veinticinco. ¿Por qué pensó siempre que había sido al día siguiente? Ni idea. Puede que no fuera ajena la afición de mi abuelo por la «priva», parece ser que la alegría le llevó a enganchar una buena cogorza y no apareció por su casa a conocer a su primogénito hasta el día siguiente, pero no deja de ser una interpretación, la verdad no la sabremos nunca. Así que, en estos momentos estoy cruzando oficialmente el invisible puente que lleva de la madurez a la ancianidad. ¡Pues qué bien!

Jornadas Libertarias de Barcelona 1977

Por supuesto todo esto de la edad y las etapas de la vida es muy relativo, pero sí puede ser un buen momento para echar un vistazo hacia atrás, alrededor y hacia adelante, dentro de lo posible.  Aunque pueda parecer un tópico o una frase hecha, siempre he pensado que la vida no se reflexiona, se vive, pero se supone que tenemos un cerebro para algo más que archivar fechas de cumpleaños y títulos de películas. Así que, como uno de mis miedos de hace años era que cuando llegara a esta edad pudiera empezar a tener problemas de memoria y no es así, pues voy a utilizarla un poco.

 En Machu Picchu

De todas formas no es el momento de escribir sobre mi vida con detalle, prefiero durante este año ir haciendo de vez en cuando algún comentario en este sentido. Hoy solo voy a decir, utilizando una especie de presente continuo, tipo inglés, que estoy viviendo un momento muy bueno en mi vida, muy ilusionante pero también muy sereno, muy tranquilo. Jubilarte, yo lo hice hace cuatro años, te da sobre todo tiempo y yo lo estoy utilizando para hacer cosas de las que disfruto enormemente, sobre todo viajar por Latinoamérica que era mi obsesión, con la posibilidad de poder «conocer» (lo entrecomillo porque es muy relativo) los diferentes lugares sin prisas o al menos sin demasiadas prisas. Por supuesto mi gran vicio de siempre, leer, y alguno de nueva incorporación como el senderismo. No voy mucho al cine porque no me lo puedo permitir, quizás ahora con los descuentos «para mayores» pueda hacerlo con más frecuencia. Algo es algo.

 Aura y yo

Por supuesto tendré que dedicar alguno de estos «capítulos» al amor, a la llamada vida sentimental, término que, por cierto, no me gusta nada. Es verdad que nunca he podido quejarme en ese sentido, como ya me dijo una amiga hace muchísimos años, he tenido la suerte de que las mujeres que me han amado sean unas personas maravillosas, por encima de todo, y muy especiales. Siguiendo con el presente contínuo, estoy viviendo una etapa muy ilusionante y muy diferente a todo lo que he vivido hasta ahora.

Y cuando son casi las once de la noche del día 25, me deseo a mí mismo, con vuestro permiso, un cumpleaños feliz y un año que empieza, como a los valerosos guerreros de Ulises que cantaba tan maravillosamente Lluis Lach: «…plen de ventures, plen de coneixences…».

Al fin y al cabo mi familia paterna es de origen catalán, ¿no?



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SOBRE MI

Nací en 1953 en Carabanchel, recién incorporado al municipio de Madrid como un barrio periférico de obreros e inmigrantes, no muy distinto de lo que es ahora. Siempre me ha gustado la vida de barrio y me he identificado con él, yo que repudio fronteras, banderas e himnos más o menos por igual. Pero en el fondo sigo siendo aquel chaval al que los vecinos y las vecinas conocían como «el chico de la Antonia». Por muchos años…, sin exagerar.

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