Mi madre siempre decía que la Guerra Civil fue una época feliz para ella. Y no porque no pasara miedo y sufrimientos, sino porque fueron sus únicos años de juventud. Salió con su familia de Carabanchel en el 36 empujados por la ofensiva fascista y cruzaron el puente de Toledo bajo las bombas, para refugiarse en un piso vacío del barrio de Salamanca.